Como todas las mañanas, Plas se despertó muy tempranito para ir a la escuela. Después de desayunar (Plas desayunaba pan de huevo de hormiga con miel de gotas de rocío, que son muy ricas para un gnomo; pero que para ti no sabrían a nada) Plas sonreía y recordaba lo que había jugado en la noche y comenzó a cantar una canción (a Plas le gustaba muchísimo cantar, todo el tiempo inventaba canciones muy bonitas). Su papá le preguntó ¿Porqué estás tan feliz? y Plas solo reía y no dijo nada. Se tapó la boca con sus manita y siguió riendo despacito.
Plas recordaba su aventura del día de ayer, cuando encontró en el jardín de su escuela una piedrita preciosa, de color azul, mientras jugaban a los encantados con Pan y con otros amigos (los niños gnomos también juegan a los encantados, corren muy fuerte y si te tocan con una mano; te quedas encantado sin moverte, hasta que un amigo te desencante). A Plas le gustaba muchísimo jugar a los encantados; pero luego le daba mucha sed porque corría mucho, y luego le daba mucha hambre a la hora del almuerzo en la escuela. Cuando la encantaron Plas estaba muy quietecita esperando que alguien viniera a desencantarla; pero todos sus compañeros ya habían sido encantados; menos Pan, que era muy rápido y corría mas que todos. Ella quería que viniera rápido Pan a desencantarla y poder seguir jugando; pero se tardaba mucho y decidió sentarse (Plas no hacía trampa, ni decía "ya no juego" cuando le tocaba estar encantada; siempre jugaba muy bonito, por eso sus amigos la invitaban a jugar).
En el jardín de musgo (el musgo es un pasto muy chiquito que crece en los jardines de los gnomos; porque los gnomos son tan chiquitos como el pasto) Plas encontró la piedrita azul igual a la que había encontrado antes; cuando se volvió invisible. Su corazón latió muy rápido (los gnomos tienen un corazón muy chiquito; que se emociona muchísimo, como tu corazón que late fuerte a veces) y la tomó en su mano derecha, la apretó muy fuerte; pero no quiso desear nada hasta que viniera Pan a desencantarla; para que pudieran escoger juntos el deseo. Pero Pan se tardaba mucho. Como estaba encantada y Plas no hacía trampa, no podía gritar, ni moverse. Y entonces Plas deseó que fuera al revés, que todos estuvieran encantados y que ella se pudiera mover. Y en ese momento ¡zas! que desaparece la piedrita y ¡Todos se quedaron encantados! No solo los niños que estaban jugando; sino que también las profesoras y la señora que hacía el aseo y los que iban pasando por la calle. Todos se quedaron encantados, y Plas abrió una boca gigante de la sorpresa. Solo ella se podía mover. Hasta un pajarito que estaba en una rama de un árbol estaba encantado, ni las hojas de los árboles, ni el viento, ni nada se movía. Solo había silencio y solo Plas se podía mover. Corrió a donde estaba Pan y estaba Pan en una posición muy chistosa; como si se fuera a caer, con una mano delante de el y otra atrás, con un pié adelante y el otro en el aire. Es que Pan se quedó encantado cuando corría. Plas revisó a todos y todos estaban encantados. Era como si estuviera sola; a pesar de que había muchos gnomos a su alrededor. Le picó la panza a Pan y no se movió nadita, le hizo cosquillas y tampoco se movió. Le gritó muy fuerte en el oído y nada, ni pisca de movimiento. Pronto el encantamiento dejó de ser divertido y Plas deseó que ya todo terminara; que se desencantaran; pero no pasó nada. Y no sabía como hacer para que terminara el encantamiento (¿Tu sabes como se termina el encantamiento?)
Plas pensó que su mamá le podía ayudar y se fue corriendo muy rápido a su casa para pedirle ayuda a su mamá; pero ¡Oh sorpresa! en su casa también estaban encantados, y su mamá no se movía nada nada. Se había quedado encantada mientras preparaba la comida y la mamá estaba a punto de tocar una olla muy caliente. Plas le movió la mano para que no se quemara. Corrió con su papá; pero su papá se estaba rasurando y estaba a punto de cortarse. Plas le movió la mano para que no se cortara.
Y ya no sabia que hacer. Regresó corriendo a la escuela y cuando llegó todo seguía igual. Plas estaba muy triste, ya sabía que el encantamiento iba a terminar; pero no sabía como (¿Tu sabes como termina el encantamiento?).
Plas se sentó en el mismo lugar donde había encontrado la piedrita mágica, deseando encontrar otra para poder desear que terminara el encantamiento; pero no la encontró. Se puso muy muy triste y una lágrima rodó por su mejilla. En ese momento, terminó el encantamiento y todos comenzaron a moverse al mismo tiempo. Fué un poco extraño; pero Plas se puso feliz. Pan llegó en ese momento y le dijo "¡Desencantada!" mientras le tocaba un hombro. Y Plas ya pudo correr otra vez.
Cuando terminaron de jugar, Plas le contó a Pan su aventura y ambos rieron mucho. Luego de la escuela, Plas regresó a su casa y vió que su mamá no se quemó y su papá no se cortó y le dió muchísimo gusto y comenzó a cantar una de sus canciones (¿Tu sabes cantar canciones?).
Al día siguiente, cuando sonreía y su papá le preguntó que si tenía un secreto; Plas solo sonrió y se tapó la boca. ¡Si tenía un secreto!. Después Plas tuvo muchísmas mas aventuras; como cuando pudieron juntar los dos cubos de recuerdos con Pan; pero eso es otra historia y ahora tienes que dormir. Y colorín colorado, que este cuento se ha acabado.
Cuentos de dulces, estrellas y aventuras
jueves, 7 de junio de 2012
miércoles, 6 de junio de 2012
Pi Pan hace un descubrimiento
Pi Pan era un niño gnomo. En su casa le llamaban Pi y en la escuela
le llamaban Pan. Su mejor amiga se llamaba Plas.
Pan no sabía donde vivía Plas y sólo la veía en la escuela
y cuando había alguna fiesta o un cumpleaños.
Pan no le podía llamar por teléfono a Plas porque los gnomos
no tienen teléfonos, ni internet. Pan se aburría muchísimo en su
casa porque no tenía con quien jugar. A veces le decía a su mamá que
si jugaban; pero solo jugaba un ratito muy chico con el y siempre
se quedaba con ganas de seguir jugando.
Había cosas que le gustaba hacer a Pan. Por ejemplo, le gustaba
hacer dibujos (los gnomos usan unos lápices que nunca se les
acaba la punta y no necesitan sacapuntas). También le gustaba
inventar canciones y a veces le gustaban mucho las canciones que
cantaba. A veces repetía las canciones de la escuela; pero les cambiaba
un poquito; para que fueran de él. Pan no podía ver televisión porque
los gnomos no tienen televisión. Otra cosa que le gustaba hacer a Pan
era formar todos sus juguetes, haciendo una linea un poco chueca.
Los formaba por tamaño, por colores o por el olor que tenían.
Un día, un tío de Pan llegó a su casa y después de estar un rato muy largo
platicando con sus papás, su tío lo llamo y le regaló dos cubos
de un color transparente, azul; como el agua que hay en los lagos.
Su tío le dijo que eran unos cubos de recuerdos, los había comprado en el
mercado y eran los mejores recuerdos que el dinero gnomo podía comprar.
Pan no sabía que era un recuerdo. Bueno, claro que recordaba cosas;
pero no sabía que la palabra recuerdo existía. En la lengua de los gnomos,
la palabra recuerdo también significa dulce y significa pie pequeño (los
gnomos hablan un lenguaje distinto al nuestro; es como cuando ves
una película en otro idioma, no se entiende nada; aunque parezca que
hablen). La palabra para recuerdo en gnomo no se puede pronunciar con las
letras que tiene el español.
Pan quiso probar los cubos de recuerdos; pero su tío le dijo que tenía
que esperar. Pan solo podía ver unas cosas como nubes dentro de los
cubos. Se movían como las nubes cuando vamos muy rápido y vemos
al cielo; o como el viento que mueve el humo que sale de un cerillo.
Pan estaba muy intrigado; porque quería saber como funcionaban los
cubos de recuerdos. (¿Tu tienes recuerdos? ¿Te acuerdas cuando eras
mas pequeño?)
El tío de Pan le dijo que se sentara. Luego puso uno de los cubos
en una mesita frente a Pan y le pidió que los tocara con la punta de
los dedos. El humo que estaba dentro de los cubos se movió muy rápido
y el cubo que tocó Pan se puso mas blanco en donde los estaba tocando,
como si cambiara de color solo en ese lugar. Su tío le dijo que ahora esperara
un poco mas. Esperar le molestaba muchísimo a Pan (a los niños gnomos
también les desespera esperar, como a los niños humanos)
Después, casi cuando se iba, su tío le dijo a Pan que pusiera el cubo
debajo de su almohada antes de dormir. También le dijo que le diera
el otro cubo a su mejor amigo. Pan le dijo que no tenía mejor amigo,
que su mejor amiga era Plas y que la vería hasta el otro día en la
escuela. Además, le dijo, no se donde vive y puso una cara muy triste.
Su tío le dijo que no se preocupara, que si ponía el cubo debajo de su
almohada y pensaba en Pan, ella recibiría el cubo en su casa.
Así lo hizo Pan. Se fué a dormir y casi de inmediato comenzó a soñar
con todos los recuerdos que había dentro del cubo. Conoció las maravillosas
aventuras de un país de los gnomos de los gnomos, que son los gnomo-gnomo
y son pequeñitos pequeñitos como del tamaño de un dedo de un gnomo
y viven en ciudades ocultas de la vista de los gnomos. También
soñó con recuerdos que no tenía, de una ciudad muy lejana, donde las
casas tenían puertas pequeñas y de color lila (Pan tampoco sabía que
existía un color lila, bueno; si había visto cosas lila; pero no sabía
que ese color se llamaba lila). Soñó con una panadería muy bonita
en donde se horneaba un rico pan de huevo de hormiga, muy oloroso
y con un sabor muy rico; con sabor a fiesta de cumpleaños y
sabor a columpio.
Pan soñó con muchísimos recuerdos que no eran de el y solo pudo
recordar al día siguiente, los recuerdos de cosas que le gustaron.
Cuando despertó platicaba y platicaba de todo lo que había soñado;
pero sus papás estaban muy ocupados porque tenían que ir a trabajar.
Y le decían si, mmju, que bonito! y otras cosas; pero Pan sabía que
no le hacían tanto caso.
Cuando llegó a la escuela, en el recreo platicó con Plas y descubrió
que Plas también había soñado muchos recuerdos que no eran de ella
y que había aparecido un pequeño cubo debajo de su almohada.
Plas estaba feliz y le contó todo a Pan. Luego se rieron muchísimo
cuando supieron que muchos sueños que tuvieron eran los mismos.
¡Habían soñado juntos!
Ese día Pan descubrió los cubos de recuerdos y también supo donde
vivía Plas. Después les pasaron muchas aventuras, porque supieron
que si ambos tocaban los cubos al mismo tiempo; podían platicar
como si estuvieran en el mismo lugar. Y ya no se sintieron solitos
cuando estaban en casa; porque siempre tenían a alguien con quien
jugar y siempre se divertían muchísimo.
Pan no sabía que muchos de los recuerdos de los cubos eran
recuerdos de cosas que aún no pasaban y eran aventuras que el iba a
tener con Plas. Pero eso es otra historia, por ahora hay que ir a dormir
porque ya es hora. Y colorín colorado, que este cuento se ha acabado.
Aventuras de Plis Plas
Como todos saben, los gnomos son pequeñitos
como del tamaño de un dedo
y viven en el bosque, escondidos entre la hierba
y tienen ciudades enteras muy bien protegidas
de las miradas de las personas.
Los gnomos tienen sus propios oficios
y hay algunos que cultivan la tierra.
Tienen granjas de hormigas
(porque debes saber que para los gnomos
las hormigas son del tamaño de una oveja)
y cultivan pequeños huevecillos
que para un gnomo son del tamaño de un huevo de
gallina para nosotros.
Ademas de los gnomos granjeros, también tienen
zapateros y sastres (porque debes saber que los
zapatos de gnomos están hecho de pequeños cortes
de pasto, flores y otras cositas pequeñas que hay en
los bosques, como hojas y granos de arena)
Para los gnomos las hojas secas de los árboles
son tan gruesas como una cobija para nosotros.
En el país de los gnomos también hay profesores
y estudiantes y los gnomos van a la escuela
(como tu también van a la escuela y les
gusta aprenderse el abecedario gnomo
y también leer libros escritos en gnomo)
para un gnomo, los libros están también hechos
de hojas de árbol, muy muy delgaditas.
El oficio preferido de los gnomos es el
de recolector de lagrimas. Ya llegaremos
a eso después, en otro cuento.
Por ahora, déjame contarte que había una niña
gnomo que se llamaba Plis Plas. Era tan bonita,
tan bonita, tan bonita como tu. En su casa
la llamaban Plis y en la escuela la llamaban Plas.
Tenía muchos amigos y le gusta mucho jugar en los
columpios (los columpios de los gnomos están hechos de pequeños
palitos de hoja, cuando están secos y la cuerda de
los columpios esta hecha con un hilo delgado delgado
como el de la ropa; pero para un gnomo eso parece
como la cuerda mas resistente que hayas visto)
Pues ahí tienes que un día, estaba Plas
en un columpio y estaba de lo mas divertida
cuando llego corriendo su amigo Pi Pan
(en su casa lo llamaban Pi y en la escuela lo
llamaban Pan) y le dijo Pan. "Oye Plas, que te parece
si vamos a jugar a las escondidas" y entonces Plas muy
divertida le dijo que si. Y Pan dijo, "¡Yo cuento!"
y comenzó a contar, 1,2,3,4,5,6,7,8,9 y 10
ya voy!
Pan comenzó a buscar a Plas. La busco abajo de los columpios,
atrás de una piedra, arriba de un árbol y no la podía encontrar
en ningún lugar. Plas estaba muy bien escondida,
tenía mucho cuidado de respirar despacito; para que no
la escuchara Pan. ¡Adivina donde estaba escondida
Plas! se había escondido detrás de una hoja de cedro,
y estaba muy quietecita. Abajo de la hoja, Plas
había encontrado un piedrita de color azul muy bonito
y guardó la piedrita en su mano. Luego Plas hizo un ruidito
y Pan la encontró. Ahora era el turno de esconderse
para Pan; pero a el le gustaba mas buscar y contar;
asi que Plas se tenía que esconder.
Plas pensó que sería muy divertido volverse invisible
y que no la encontrara Pan. Y entonces cerró los ojos
y deseó con todo su corazón ser invisible
y entonces, la piedrita de color azul que tenía en su mano
hizo una magia (era una piedra mágica, una piedra preciosa
que concedía deseos). La piedrita se desapareció y Plas
se volvió invisible. Al principio no lo notó; pero Pan
duró muchísimo tiempo buscando y luego se dio por
vencido. No encontraba a Plas y dijo "Plas, Plas, sal
de donde quiera que estás!" y Plas salió pero Pan
no la veía! y Plas hablaba y hablaba
y Pan la escuchaba pero no la veia.
A Plas le dio mucho miedo y comenzó a llorar;
porque se dio cuenta de que era invisible de verdad. Y en cuanto
cayó la primera lágrima en su mejilla, ¡dejó de ser
invisible! y Pan la pudo ver.
Luego regresaron a sus casas, muy emocionados; pero
sus papás no les creyeron. También a veces a los niños
gnomos no les crees los papás. Después Plas deseó otras
cosas; pero no se le concedieron porque no traía la piedra
mágica. Pero eso será otra historia.
Por hoy, tienes que dormir y colorín colorado
que este cuento se ha acabado.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)